jueves, 22 de octubre de 2009
EN CASA DEL HERRERO...
Los periodistas estamos como los herreros cuando dejó de existir la caballería. Con este magnífico y lapidario paralelismo resumió el otro día un compañero de trabajo la crisis del oficio más antiguo del mundo, el periodismo. Probablemente tan antiguo como el que conocemos por el más antiguo, sobretodo con la misma mala vida y con la misma necesidad de prostituir la materia prima a cambio del dinero de los que manejan el cotarro. Ahora, a diferencia de antaño, no es que la caballería, es decir, la información vaya a dejar de existir, pero tal vez los herreros de la tinta y el papel muramos por una sobredosis de información gratuita y dudosa.
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La batalla del periodismo independiente parece que está perdida hace ya tiempo, desde que los dueños de los medios son grupos o personas que tienen numerosos intereses en otros tipos de grandes negocios y también en "lobbies" políticos. A la cabeza de los medios, grandes y pequeños, suele haber directores y gestores sumisos, o bien interesados directamente en la política informativa a seguir. Pensar hoy en estar informado es, paradójicamente, pensar en prescindir de los medios de referencia. Por otro lado, en ese mar de medios llamados "alternativos" nos sorprende encontrar también a menudo una clara falta de rigor y un exceso de tendenciosidad. De cualquier manera, parece que los herreros de la información están condenados a adaptarse/someterse a tal realidad o inventarse un oficio por su cuenta. Para eso están las crisis, para reinventarse, según pregonan últimamente algunos gurus mediáticos de la autoayuda que sacan tajada precisamente de cualquier tipo de crisis. Snif...
ResponderEliminarMe temo, o mejor, espero, que lo que está en crisis no es el periodismo, sino la industria de la información , definida hace ya más de cuarenta años por un señor que se llamaba Guy Debord y que sabía un huevo de esto, como negocio del espectáculo.
ResponderEliminarSiempre que el habitante de una caverna quiera saber lo que pasa en la de al lado, seguiremos existiendo y siendo tan imprescindibles como incómodos
enhorabuena por el blog
Manolo